¿Qué hacer?

Fiestas tradicionales de Chile

Una pareja campesina sureña pisa las uvas alegremente en la fiesta de la vendimia. El sol del norte rebota sobre coloridos trajes, instrumentos musicales y máscaras de una diablada, el baile carnavalesco que anima la fiesta de La Tirana. En la isla de Pascua o Rapa Nui, la fiesta Tapati es lúdica y mágica. En el centro del país, se celebra Cuasimodo, en la que un sacerdote católico lleva la comunión a los enfermos escoltado por jinetes tocados con un pañuelo. En Chiloé, la solidaria minga celebra la construcción o el traslado de la casa de un vecino.

No faltan motivos, cada sector productivo tiene una en distintos lugares y fechas. A las fiestas del choclo, la guinda, la chicha o el festival de la sandía se suman las fiestas gastronómicas con frutos del mar y de la tierra, juegos populares y canciones.

Es una gran diversidad de festejos, profanos o religiosos, alrededor de una celebración principal: las Fiestas Patrias que, durante varios días, conmemoran la Independencia de Chile al ritmo de la cueca, el baile nacional, y brindis con vino tinto, chicha y empanadas.

Cientos de miles de personas participan a lo largo de todo el territorio en estas fiestas que reciben también la visita de turistas de todo el mundo.

Fiesta Tapati de Rapa Nui
Con la piel como soporte, cual tela de un cuadro, los cuerpos pintados son obras de arte en movimiento en la isla de Pascua. Se trata de la fiesta Tapati, que cada febrero elige una reina luego de competencias juveniles de natación y canotaje en pequeñas embarcaciones y flotadores de totora. Las alianzas en competencia preparan trajes típicos, cantos y bailes; y comparten relatos transmitiendo oralmente sus mitos y leyendas. La destreza física se pone a prueba en el haka pei, cuando los jóvenes más osados se lanzan en troncos de plátanos a gran velocidad por la pendiente de un cerro. La pintura del cuerpo, denominada takona, es la característica principal de la actividad. Los isleños compiten  pintándose con pigmentos naturales y símbolos originarios.

Carnavalón
También en febrero, en San Miguel de AzapaPutre y Socoroma, se realiza un ceremonial para desenterrar de modo figurativo a Ño Carnavalón. Símbolo de la alegría, la fertilidad y la fortuna, el personaje y su carnaval atraen a miles de habitantes de los pueblos altiplánicos. Es una fiesta tradicional mestiza que se celebra 40 días antes de la cuaresma católica, para resucitar al legendario personaje mítico que augura felicidad todo el año. Se trata, al mismo tiempo, de un saludo a la pachamama (la madre tierra) y al tata inti (el padre sol, ambos en lenguas nativas), con música, bailes y frutos de la zona que prometen abundancia.

Semana Valdiviana
Hay más fiestas en febrero. Al sur de Chile, en la zona de los lagos y bosques milenarios, se festeja la fundación de la ciudad de Valdivia. “En el río Calle-Calle se está bañando la luna”, dice una canción para resaltar la belleza del entorno. Para conmemorar el hito, ocurrido el 9 de febrero de 1552, decenas de embarcaciones dan vida a un corso fluvial, que cautiva a valdivianos y visitantes que llegan desde otros rincones de Chile y desde extranjero. Las naves engalanadas compiten por un premio a la más glamorosa y son el marco perfecto para coronar a una reina de belleza. Un espectáculo de fuegos de artificio cierra la fiesta, al tiempo que en las riberas del Calle-Calle se disfrutan presentaciones artísticas, gastronomía y cerveza, rememorando la influencia cultural de los inmigrantes alemanes que poblaron la zona desde el siglo XIX.

Fiestas de la vendimia
El prestigio del vino chileno es celebrado de modo especial en la zona central del país. Los preparativos comienzan con la llegada del verano y los festejos culminan en las últimas semanas de marzo. La fiesta de la ciudad de Curicó es la más antigua y comienza con una ceremonia religiosa para bendecir los primeros mostos y dar paso a los carros alegóricos. La vendimia también elige a su reina, quien es pesada en botellas de vino en una romana o balanza, mientras se realiza la competencia de pisadores de uva, con equipos que compiten durante 10 minutos sobre las uvas hasta convertirlas en jugo. Las palmas y los gritos de aliento acompañan los movimientos, a veces graciosos, pero siempre festivos.

Año Nuevo Indígena
Los originarios pueblos aymara, quechua, rapa nui y mapuche siguen su propio calendario ancestral. Para ellos, el año nuevo comienza con el solsticio de invierno y se celebra la noche del 24 de junio. Ha terminado la cosecha en los campos, la tierra debe descansar, prepararse para la siembra y renovar su fertilidad. Es un nuevo ciclo de vida y las culturas aborígenes agradecen a la naturaleza. Llamada we tripantu, que quiere decir “nueva vuelta o regreso del sol”, es la que celebran los mapuches en zonas rurales del sur, en la plaza principal de Temuco y en el cerro Santa Lucía (o Huelén, como reza su denominación original) de Santiago.

Fiesta de San Pedro
El 29 de junio, los pescadores, buzos, mariscadores y trabajadores del mar celebran a san Pedro, su santo patrono, según la creencia católica. A bordo de un bote rodeado de otras embarcaciones pequeñas, la figura del apóstol recibe los ruegos para que interceda por la pesca abundante, buena salud y un mar benévolo. Comparte la fiesta numeroso público venido de las ciudades  y turistas extranjeros. La celebración incluye una misa acompañada de bailes. Las ofrendas son frutos del mar y herramientas de trabajo. El santo preside su fiesta en un altar y es paseado por calles y caletas. Desde el mar, suenan las sirenas de las embarcaciones saludando su paso.

Fiesta de La Tirana
La Tirana es un pequeño pueblo en la Región de Tarapacá cercano a la capital local, Iquique. Pero la fiesta que allí se registra trasciende al poblado, convirtiéndose en la más célebre de Chile, visitada por peregrinos y turistas. Entre el 12 y el 17 de julio de cada año, bailarines y músicos dan vida a la diablada, danza carnavalesca para expulsar a los demonios. El cuerpo de baile, con trajes y máscaras inquietantes, se mueve al ritmo de tambores y flautas. El paso lo marca con un silbato el caporal o capataz de la cofradía, al tiempo que la actividad da muestras de sincretismo religioso y saluda también a la virgen del Carmen. Descendientes de atacameños, kunzas, aimaras y otros pueblos originarios llegan al santuario en romería pagando mandas o favores concedidos por la patrona católica. En el templo, se ofrecen misas, mientras en el entorno hay artesanía, comidas y baile que no se detiene durante todo el día.

Carnavales de invierno
El frío invierno del extremo sur se entibia con fiestas y carnavales. En julio se realiza en Puerto Williams, la ciudad más austral del mundo, la fiesta de la Nieve. Lugareños y turistas, todos participan. El mismo mes, la cercana Punta Arenas organiza el carnaval llamado Invernada en la Patagonia. Carros alegóricos y murgas recorren el centro de la urbe, varias candidatas compiten por el cetro de reina y los fuegos artificiales encienden la noche de clausura junto al Estrecho de Magallanes.

Fiestas Patrias
En Chile, el día nacional es el 18 de septiembre y sirve también para anticipar la primavera en las fondas o ramadas, cobertizos provisorios que acogen tabernas igualmente ocasionales, que ofrecen comidas típicas, empanadas, chicha y vino tinto, donde además se bailan cuecas y cumbias. Junto a la conmemoración de la primera junta de gobierno de 1810, el 19 también es festivo con motivo de las glorias del Ejército, con todas las ramas uniformadas desfilando en las principales ciudades. Las casas lucen la bandera nacional, los niños elevan volantines, juegan al trompo y a las “bolitas” (canicas), se compite en la rayuela (tiro del tejo sobre una línea) y en el palo encebado, se realizan carreras a la chilena, es decir, con jinetes corriendo sin montura, agarrados de las crines, entre muchas otras actividades tradicionales.

Fiesta de la virgen de Andacollo
El cobre, riqueza básica principal de Chile, es protagonista de una muestra de la religiosidad popular. Andacollo, localidad de la Región de Coquimbo, fue un asentamiento de la cultura El Molle, de influencia inca, que desarrolló la agricultura y la explotación del mineral. En lengua quechua, “anta” significa cobre y “coya”, soberana. De allí que la virgen de Andacollo sea venerada como reina del cobre. Muy concurrida por nacionales y foráneos, la actividad se celebra cada año entre el 24 y el 26 de diciembre con bailes y mandas a la patrona.

Navidad
Cada 24 de diciembre, en Chile se recuerda el nacimiento de Jesús con una cena familiar, además de pan de pascua -bizcocho con fruta glaseada o confitada- y cola de mono, un brebaje que mezcla aguardiente, leche, azúcar, café y canela. Es una fiesta dedicada especialmente a los niños, que reciben los regalos del Viejo Pascuero, denominación que se da en el país a Santa Claus o Papá Noel. Los presentes aparecen tras la medianoche bajo un pino del que cuelgan luces y adornos que simulan velas y nieve, dado el origen europeo de la fiesta. A los pies del árbol, suele instalarse un pesebre, la representación con figuras del alumbramiento del mesías católico.

Año Nuevo
El 1 de enero es recibido en Chile con espectaculares festivales pirotécnicos en distintas ciudades del país. Los fuegos artificiales más tradicionales son los del puerto de Valparaíso, admirados a partir de la medianoche del 31 de diciembre por millares de personas que buscan el mejor mirador en los cerros de la ciudad. Chilenos y extranjeros se abrazan, beben champaña, se desean prosperidad y no pocos practican rituales propios de la superstición. Algunos comen lentejas, otros escriben lo malo del año viejo en un papel que luego queman y no pocos pasean con maletas por el barrio como augurio de que viajarán durante el año. Tampoco faltan quienes se calzan prendas especiales para la ocasión.

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