¿Qué hacer?

Frutos del mar, un recorrido por los sabores de la costa chilena

Si hay algo que no podemos negar es que como chilenos tenemos el privilegio de poder disfrutar de un sin fin de productos del mar. Con más de 6.000 km de línea costera, nuestro país cuenta con una variedades de peces, mariscos y algas que nutren nuestra gastronomía de norte a sur y deleitan los paladares de locales y turistas.

Las condiciones climáticas y las corrientes marítimas del océano Pacífico han creado el ambiente perfecto para que una enorme variedad de especies de peces se desarrollen sin problema. Es por eso que a lo largo del territorio y en los distintos mercados y caletas que diariamente traen productos recién extraídos del mar, se puede disfrutar de distintos tipos de frescos ceviches, ya sea de salmón, reineta o tilapia entre otros.

Si hablamos de platos más elaborados, es típico disfrutar de un rico pescado frito en alguna de las localidades costeras, ya sea en el centro, norte o sur de nuestro territorio; y no puede faltar un clásico caldillo de congrio; preparado en base a este exquisito pescado, papas, cebollas y para algunos, como el poeta Pablo Neruda, un toque de crema al final del cocimiento.

Se dice que no hay sabor más reponedor que el del caldillo de mariscos, es por eso que es un clásico de los mercados y marisquerías vender mariscales fríos al paso, sopas de mariscos o una paila marina o mariscal caliente; un plato presente en todas las cocinerías de la costa, compuesto de una variedad de mariscos locales, como choritos, almejas, machas, cholgas, navajuelas, picorocos y piures. Este último es un animal marino poco conocido en el resto del mundo, pero muy utilizado en preparaciones chilenas y fácilmente reconocible por su fuerte sabor y grandes concentraciones de yodo.
Además de estos surtidos, caldillos y sopas; es infaltable la empanada de mariscos, donde la variedad es tan amplia como la diversidad misma de mariscos que existe en nuestros mares.

Pero sí de productos del mar se trata, no podemos dejar de lado el gran consumo de algas y su creciente uso en distintos tipos de preparaciones. El cochayuyo es una de las algas más típicas de nuestras costas y ha sido recolectada por años para los más diversos usos; desde cosméticos hasta su consumo como parte de nuestra gastronomía, en estofados, charquicán, ensaladas o ceviches. Lo mismo es el caso del luche, un alga encontrada en las rocas y que forma parte de la gastronomía típica mapuche en platos como el luche con papas o en guisos.

Así es la gastronomía chilena. Una variedad extensa, sabrosa e imperdible.

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